La verdad, mi texto preferido que más me disfrutó fue Don Quijote.  Varias veces me di cuenta que estaba sonriendo del Quijote y sus aventuras.  Aunque tuve que buscar cada otra palabra durante mi lectura, me apareció facinante y fui envuelto en sus tonterías.  Al principio no sabía ni que pensar de él. Aparte de "Wishbone" nunca escuché nada de su historia.  Pero pude identificar y conectar con él en una manera sencilla y profunda.

Las actividades infantiles que hacía en mi niñez y hasta el día de hoy están exagerados por el Quijote. He hecho mi propia armadura, hasta un cascaro de cartón.  Hoy sigo vestiéndome con mi armadura del día.  Por cada ocasión tengo algo específico para llevar puesto.  A mí me encantaría tener un amigo como Sancho Panza, quien es fiel y una buena onda.  A veces veo problemas gigantes donde no hay nada más que molinos de viento.  Muchas veces hago demasiada importancia en las cosas no importantes o insensible.  Como lo hace Don Quijote de la Mancha con sus requiebros y cartas de desafíos. De verdad hago una buena coneción con Don Quijote.

En las profundidades de mi corazón quiero ser más como el Quijote, a pesar de su locura. Me gustaría verme a mi mismo como un caballero salvando a las princesas, luchando contra las gigantes de mi época y divertiéndome por todos lados. Quisiera ver todo como un gran aventura y poder deleitarme  en las aventuras de la vida cotidiana.  Hay mucho que admiro de Don Quijote.  Aprendo de la balance que uno tiene que hacer para no volverse loco.  No creo que la línea sea muy obvio en cuanto a dónde queda el lado sombra y luz.  Tampoco creo que importa tanto tanto.  Si le damos la atención necesaria, no tendremos que preocuparnos nada de eso.  Me encantan las lecciones que aprendo de Don Quijote de la Mancha.